domingo, agosto 29, 2010

¡No los matéis, dádmelos a mí!

Este grito de angustia fue proferido por Teresa de Calcuta en referencia al aborto. La santa misionera defendía, como siempre hizo, la dignidad humana de los más desvalidos, de los que nadie defiende y, en este caso, de los que no pueden tener ni voz: los no nacidos.

Se acaban de cumplir 100 años del nacimiento, en Skopje, de Teresa y el evento no ha sido celebrado de una manera muy amplia, salvo en Calcuta y por parte de la Iglesia Católica, si bien ciertas ciudades lo han recordado hasta con juegos de luces, como en Nueva York.

Por supuesto, en España, el gobierno no ha tenido el menor recuerdo, pero, tampoco, el Partido Popular. Si lo del gobierno es lógico, ya que Madre Teresa defendía unos valores sobre la dignidad de los débiles que la izquierda rechaza, ya que prefiere la eliminación de los mismo como demuestra con su apoyo al aborto o la eutanasia, por tanto el silencio de Rodríguez y sus lacayos es lógica, no lo es la del PP, pues se supone que dicha organización defiende los valores cristianos, por lo que debería estar en sintonía con el mensaje de la monja albanesa. Sin embargo, parece que cada vez se acentúa el carácter neosocialista de los populares, donde los cristianodemócratas, conservadores y hasta los liberales, salvo en Madrid, se ven arrinconados por los neosocialistas del grupo. Podrá parecer exagerado mi comentario, pero basta, simplemente, recordar sus planteamientos y sus silencios sobre temas morales, económicos y políticos.

Pero olvidemos a los políticos y recordemos, con todo cariño, la inmensa personalidad y la labor inherente de Madre Teresa. Desde que fundó las Misioneras de la Caridad allá por 1946, la orden se ha expandido a unos 130 países donde cuida de moribundos, niños abandonados, tullidos, enfermos de sida y todas aquellas personas abandonadas y olvidadas, cuando no rechazadas por la mayoría de la sociedad.

Junto a las 5.000 componentes de la orden, hay que mencionar el más de millón de voluntarios que, sacrificando comodidades, descanso o vacaciones, colaboran con las monjas. Ejemplo maravilloso en un momento que el voluntariado se ve cuestionado por la actuación de muchas ong,s laicas convertidas en verdaderos chupópteros de las ayudas, paradójicamente, de los estados de los que dicen no depender, aunque si lo hagan sus presupuestos hasta en el 80% y cuyas “ayudas” no llegan, en la mayoría de los casos, ni al 10% de sus capacidades económicas o que se dedican a promocionar turismo de lujo en lugares llenos de miseria, como la ya famosa “Barcelona Acció Solidaria” de los “cooperantes” secuestrados.

Frente a ello, la Misoneras de Madre Teresa no reciben otras ayudas que las privadas que desean ayudar en la magna empresa. La importancia de la Orden no es solo la de sus actividades, que son maravillosas, sino también el ejemplo que representa para una sociedad cada vez menos preocupada por la ética, la moralidad o la dignidad humana, pese a tanto falso cliché. Su presencia eleva el alma y nos obliga a intentar ser mas solidarios y mejores personas, al margen de que uno sea cristiano o no, pero a los cristianos, sobre todo a los católicos, nos obliga profundamente.


Que la Santa, desde el Cielo, nos proteja e interceda por todos nosotros ante Dios Nuestro Señor.

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