Quizás una de las actuaciones más absurdas de la nueva ley de memoria histórica sea la retirada de símbolos del franquismo, en unos casos verdaderos y, en otros, falsos.
La historia no se borra por retirar los símbolos, la historia es recuerdo del pasado y siempre estará ahí, guste o no guste. Podrá haber diversas interpretaciones, pero lo cierto es que permanecerá por los siglos de los siglos.
Viene esto a colación por la retirada de la estatua del General Franco en el acuartelamiento del Tercio “Gran Capitán”, Primero de la Legión. Esa retirada es, especialmente, estúpida, ya que la misma no se encontraba allí como homenaje al Franco dirigente político, sino al cofundador de la Legión, junto a Millán Astray, hecho acaecido en 1920, es decir, muchos años antes de la Guerra Civil. Gracias a esta unidad se pudo frenar la sangría africana de aquellos años y contribuyó decisivamente, al triunfo final, participando en el desembarco de Alhucemas y el posterior avance y victoria sobre Abd-el-Krim. Seguimos hablando de los años ’20 y aquella era una guerra de España.
Es cierto que, posteriormente, la Legión en bloque siguió a su fundador durante la contienda española, pero eso no evita un ápice que este cuerpo haya sido fundamental, otra vez, contra los terroristas marroquíes en la campaña 1957-58 en Ifni- Sáhara, en 1975 en la misma zona, o que ya en plena democracia, hasta los propios socialistas se hayan basado en ella para las misiones de la ONU o de la OTAN, con lo cual reconocen su gran valía militar.
Por tanto, la humillación a que han sometido a la misma al retirar la estatua, no tiene otra lógica que la del revanchismo cobarde típico de la izquierda española que hace bueno aquello de “a moro muerto, gran lanzada”, porque no se recuerda que en vida de Franco se movieran en demasía para derrocarle.
Ningún país que se precie comete estas tropelías, incluso personajes controvertidos como Petain en Francia siguen siendo respetados por sus hechos en la P.G.M., pese a colaborar, posteriormente, con los nazis. Otro tanto curre en Alemania con muchos de sus generales, como Guderian o Von Rundest, o en Italia con Graziani, etc., porque reconocen la valía del soldado y su contribución a las gestas militares de su patria.
Pero si estúpido y cobarde ha sido el tema de la estatua, esperpéntico está resultando la retirada de supuestos símbolos franquistas del C.S.I.C. o el Instituto Torres Quevedo.
Por mucho que a esta izquierda cainita le fastidie, el Centro Superior de Investigaciones Científicas fue creado por el régimen franquista, no por la República, al igual que otros centros de investigación o culturales. Ciertamente, con pocos medios, pero en tiempos de penuria, finalizada una atroz guerra patria y enfrentado a un conflicto mundial, se trata de un esfuerzo cuando menos digno de atención.
Pues bien, estos gárrulos que nos gobiernan han decidido tergiversar los hechos mediante la retirada de símbolos, muchos de los cuales no tienen ni que ver con el Jefe del Estado.
De esto se preocupa Rodríguez y sus adláteres, mientras el país sigue camino del desastre económico y social y, nuevamente, el amigo de Rodríguez y el rey, el sátrapa marroquí presiona en las fronteras.
Esta es la España actual, cobarde, miserable y roma en sus ambiciones, carcomida en una parte de su sociedad por el revanchismo mas estúpido y en un intento de ganar una .guerra que perdieron, escandalosamente, hace más de 70 años. Si esto no es cretinismo y enfermedad moral, que alguien me diga de que se trata.
La historia no se borra por retirar los símbolos, la historia es recuerdo del pasado y siempre estará ahí, guste o no guste. Podrá haber diversas interpretaciones, pero lo cierto es que permanecerá por los siglos de los siglos.
Viene esto a colación por la retirada de la estatua del General Franco en el acuartelamiento del Tercio “Gran Capitán”, Primero de la Legión. Esa retirada es, especialmente, estúpida, ya que la misma no se encontraba allí como homenaje al Franco dirigente político, sino al cofundador de la Legión, junto a Millán Astray, hecho acaecido en 1920, es decir, muchos años antes de la Guerra Civil. Gracias a esta unidad se pudo frenar la sangría africana de aquellos años y contribuyó decisivamente, al triunfo final, participando en el desembarco de Alhucemas y el posterior avance y victoria sobre Abd-el-Krim. Seguimos hablando de los años ’20 y aquella era una guerra de España.
Es cierto que, posteriormente, la Legión en bloque siguió a su fundador durante la contienda española, pero eso no evita un ápice que este cuerpo haya sido fundamental, otra vez, contra los terroristas marroquíes en la campaña 1957-58 en Ifni- Sáhara, en 1975 en la misma zona, o que ya en plena democracia, hasta los propios socialistas se hayan basado en ella para las misiones de la ONU o de la OTAN, con lo cual reconocen su gran valía militar.
Por tanto, la humillación a que han sometido a la misma al retirar la estatua, no tiene otra lógica que la del revanchismo cobarde típico de la izquierda española que hace bueno aquello de “a moro muerto, gran lanzada”, porque no se recuerda que en vida de Franco se movieran en demasía para derrocarle.
Ningún país que se precie comete estas tropelías, incluso personajes controvertidos como Petain en Francia siguen siendo respetados por sus hechos en la P.G.M., pese a colaborar, posteriormente, con los nazis. Otro tanto curre en Alemania con muchos de sus generales, como Guderian o Von Rundest, o en Italia con Graziani, etc., porque reconocen la valía del soldado y su contribución a las gestas militares de su patria.
Pero si estúpido y cobarde ha sido el tema de la estatua, esperpéntico está resultando la retirada de supuestos símbolos franquistas del C.S.I.C. o el Instituto Torres Quevedo.
Por mucho que a esta izquierda cainita le fastidie, el Centro Superior de Investigaciones Científicas fue creado por el régimen franquista, no por la República, al igual que otros centros de investigación o culturales. Ciertamente, con pocos medios, pero en tiempos de penuria, finalizada una atroz guerra patria y enfrentado a un conflicto mundial, se trata de un esfuerzo cuando menos digno de atención.
Pues bien, estos gárrulos que nos gobiernan han decidido tergiversar los hechos mediante la retirada de símbolos, muchos de los cuales no tienen ni que ver con el Jefe del Estado.
De esto se preocupa Rodríguez y sus adláteres, mientras el país sigue camino del desastre económico y social y, nuevamente, el amigo de Rodríguez y el rey, el sátrapa marroquí presiona en las fronteras.
Esta es la España actual, cobarde, miserable y roma en sus ambiciones, carcomida en una parte de su sociedad por el revanchismo mas estúpido y en un intento de ganar una .guerra que perdieron, escandalosamente, hace más de 70 años. Si esto no es cretinismo y enfermedad moral, que alguien me diga de que se trata.
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