sábado, diciembre 19, 2009

Aborto:¿qué libertad?

Llevamos unos días donde las noticias, a parte de lamentables, resultan sorprendentes. Este país parece haber entrado en una espiral de absurdo y miserabilidad tremenda, convirtiéndose en una sociedad enferma.

Enferma está una sociedad donde se aprueba una ley del aborto camuflada con un nombre rimbombante y ridículo que ni siquiera recuerdo y donde, bochorno y tristeza, la reacción de las ministras y diputadas del PSOE, tras la aprobación de la norma, es de alegría y alborozo, celebrando el infanticidio. Patético espectáculo, en el cual mujeres, algunas jóvenes que aun no han tenido la dicha de ser madres, se alegraban de poder matar a sus futuros hijos y, además, con total impunidad. Bajo la falacia propagandística del feminismo mas radical y repugnante, con aquello de “nosotras parimos, nosotras decidimos” y olvidando que necesitan de otra parte para ese “parir” y que el resultado no es un ser inanimado sino una PERSONA, apoyan el crimen mas cobarde y nefasto cuando, probablemente, lamenten la pérdida de un animal o una planta.

Enferma está una sociedad, cuando diputados que se dicen católicos, prefieren acatar las órdenes de un partido, respetar su idea política que la fe que dicen defender. La actuación de los Blanco, Bono, Marugán o los “católicos” del PNV es una vergüenza para ellos, pero también triste para todos los católicos que defendemos la vida.

Enferma está una sociedad que antepone intereses económicos y políticos a la defensa del nasciturus y a la ayuda a las madres, convirtiendo a las mujeres en simples objetos sexuales, ¡que ironía!, en una época en la que, supuestamente, se busca la igualdad entre ambos sexos y la dignidad de la parte femenina de la sociedad.

Resulta abominable que so capa de la “libertad” de elección de la mujer, se la condene al asesinato físico de la criatura y, ¡en tantos casos!, anímico y moral de ella misma. ¿Qué libertad puede haber en matar a un ser de tu propia carne y sangre?, creo que ninguna, solo puede quedar desolación y pena, cuando no asco de una misma.

Como dicen los modernos, la sociedad española debe hacérselo mirar, porque no parece normal que se de libertad de voto a los diputados para aceptar o no la continuidad de la fiesta nacional en Cataluña y no para un tema esencial como el del aborto. La férrea dictadura de los partidos y su inexistente democracia interna, cuestionan muy mucho la forma de gobierno de nuestro país. ¿De verdad hay democracia cuando los supuestos representantes de los ciudadanos solo atienden a las órdenes del director de orquesta de la formación a la que pertenecen?.¿Es democrático votar a la orden y sin tener en cuenta la opinión de los electores que no han podido pronunciarse sobre ese tema que no estaba en el programa socialista?.¿Fueron elegidos los diputados del PSOE, PNV y otros para apoyar la muerte de inocentes?. Los españoles debemos hacernos estas y otras preguntas y respondernos si eso significa que vivimos en un estado democrático y de derecho o en una dictadura del pensamiento único, donde votamos cada cierto tiempo en base a programas que no se cumplen y donde se incorporan temas posteriormente.

Si nuestra patria no tiene las ideas claras sobre sus valores éticos y morales, sino depuramos y democratizamos, pero de verdad, las instituciones, incluyendo partidos y sindicatos, viviremos en una dictadura de pensamiento único camuflada de democracia puramente formal que, en definitiva, nos conducirá hacia la miseria moral, política y social, convirtiéndonos en lo mas parecido a un estado fallido aunque pertenezcamos, teóricamente, al primer mundo.

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