martes, noviembre 10, 2009

¿Alcaldes islamistas en España?

Desde hace unos años la profusión de emigrantes de confesión musulmana está alcanzando cotas espectaculares.

No solo se trata de norteafricanos, marroquíes o argelinos, sino de aquellos procedentes del África negra y, en los últimos tiempos, de Asia, especialmente pakistaníes y bangladeshíes.

Oficialmente hay alrededor de UN MILLÓN QUINIENTOS MIL MUSULMANES, en la práctica se supone que son cerca de TRES MILLONES.

La estulticia de los gobiernos democráticos, especialmente desde los tiempos de Felipe, acentuado durante los años de Aznar y exacerbado en el período de Rodríguez, ha llevado a que los musulmanes sean uno de los grupos mayoritarios de la emigración. Como se trata de personas que no se integran en nuestra sociedad debido a que su acervo cultural está basado en unos principios religiosos rígidamente definidos, son un verdadero cuerpo extraño en las sociedades occidentales en general y en España en particular.

Como este país tiende a suicidarse cultural e históricamente, se les ha permitido, de facto, regirse por sus leyes y así la poligamia es de uso común en las comunidades musulmanas, igual que los matrimonios concertados o el rito de la ablación del clítoris.

En lugares como Granada vuelven, como en el siglo XVI, a tener sus feudos donde las autoridades españolas no entran para nada ni indagan que actividades allí se realizan.

Como somos “progresistas” y “buenistas” les damos amplios terrenos en algunas de las mejores zonas de nuestras ciudades para que levanten sus mezquitas, caso de Madrid, mientras los cristianos ni podemos rezar en países como Arabia Saudita.

Dentro de nuestra esquizofrenia hay regiones cuyos dirigentes lo son aun más y así en Cataluña se potencia la inmigración musulmana en detrimento de la hispanoamericana en el entendimiento de que será más fácil “catalanizar” a los islámicos.

Como la estupidez no tiene límites, los separatistas catalanes plantean que se potencie y financie la lengua bereber en Ceuta y Melilla, como si ya no hubiese un suficiente caldo de cultivo antiespañol en las mismas, financiado, de un lado, por el sátrapa de Rabat y, por otro, por los islamistas marroquíes. No sería raro que socialistas y populares lo apoyasen llevados por ese “buenismo” cobardón y entreguista.

Como lógico corolario de nuestras sandeces salta a la palestra un partido islámico, probablemente islamista, el P.R.U.N.E., nacido en Granada y cuyo objetivo confeso es defender a los musulmanes que hay en España que, a su entender, no tienen valedor y, obviamente, basándose en los principios del Islam “verdadero elemento regenerador de España”.

Dicho partido ya tiene las primeras autorizaciones y aspira a ser elemento decisivo en las municipales de 2011.

Yo creía que la legislación española prohibía los partidos étnicos o religiosos y éste, mas allá de que diga aceptar la Constitución y bla, bla, bla, parece ser el inicio en España de lo que ya ocurre en otros países con las organizaciones políticas musulmanas: la creación de una organización islamista en defensa de los principios musulmanes tan opuestos a los nuestros y a lo establecido en la propia Constitución.

Con el PRUNE se abre una nueva etapa en la tantas veces explicitada política islamista de recuperación de España. Al igual que ETA, ya tienen dos ramas: la militar de Al Qaeda y la política del PRUNE.

Frente a este desafío, ¿qué piensan hacer las organizaciones políticas?, ¿y la sociedad civil?

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