Un año más la parafernalia
manifestativa de las organizaciones sindicales se ha dejado ver y oír en
España. En esta ocasión se han unido todo esa miríada de grupos antisistema que
crecen a favor de la crisis y con el apoyo de la izquierda, esa que tras el 11M ha visto
que se puede volver aunque las vías no sean muy democráticas o más bien sean muy totalitarias. Junto a ellos ciudadanos con
sus graves problemas a cuestas, aunque de estos menos.
También la parafernalia
visual era clara: ni una bandera española,
si de los sindicatos y las regiones y muchas anticonstitucionales republicanas,
por cierto, la verdaderamente inconstitucional. Referencias claras a por donde
van las maniobras políticas PSOE-IU-Anti sistema con la dejadez de una derecha
política cobardona a, muy cobardona.
En este día de la fiesta del
trabajo, convendría que la ciudadanía reflexionáramos sobre los errores
propios, no de los políticos o banqueros, eso lo hacemos todos los días. Pero,
por ejemplo, en el caso de las preferentes, ¿no fue el egoísmo que achacamos a los plutócratas lo que hizo que se
creyesen que se daban duros a cuatro pesetas?,¿todos los que las suscribieron
eran viejos chochos o tontos del culo?, porque a la hora de ver los supuestos
beneficios, volaron.
Otro tanto con los famosos
desahaucios, ¿Por qué la gente se metía en hipotecas brutales?, ¿ creían que no
las iban a pagar y, claro las vamos a pagar los demás?. Y así tantos y tantos
dispendios desde vacaciones sufragadas con préstamos, pero ¿quién no iba a ir
al Caribe o Nueva York?, móviles de última generación hasta apara el bebé, un
par o tres de coches. Claro, vienen mal dadas, no pueden pagar y aquellos que
hemos sido mas previsores somos los verdaderos perdedores.
No se tiene responsabilidad,
solo se exigen derechos, pero ninguna respon sabilidad, creemos que no lo
tienen que dar todo gratis, sin pensar, o pensándolo muy bien, que ya pagarán
otros y que culpar a políticos y banqueros va a favor de obra.
Deberíamos reflexionar sobre
nuestras propias decisiones, asumiéndolas plenamente pues se supone que somos democracias
de adultos, pero para lo bueno y lo malo y tenemos que apechugar con las
consecuencias de nuestros actos, no vale parir y tirar al niño a la papelera,
hay que cuidarlo y dirigirlo, igual que nuestras actuaciones económicas,
sociales, etc. sino jamás dejaremos de ser un país PIG.
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