Se
acaba de celebrar el Congreso del PP del País Vasco donde se ha reelegido al
Sr. Basagoiti con casi el cien por cien de los votos, o sea a la búlgara, por
lo que parece que la militancia del partido está por “los nuevos tiempos”.
El
reelegido Presidente es un hombre blando, débil, siempre a las órdenes del
mando y con el síndrome de Estocolmo, mucha más acentuada en el filo
nacionalista Oyarzábal, siempre dispuesto a pactar con los peneuvistas.
El
PP vasco ha cedido en la defensa de la españolidad, la libertad y la democracia
del País Vasco para buscar el “mal menor”: ante el posible triunfo electoral de
los etarras, apoyar al PNV, por ser “mas moderados”, esa es la nueva estrategia,
no la intentar la victoria con la defensa de los valores de la democracia y de
España, sino ceder el triunfo a los nacionalistas del PNV, de quienes deberían
recordar que “recogen los frutos del árbol que mueven los otros”. Los líderes
vascos, apoyados desde Génova, están en esa nueva línea, ya adoptada por el
PSOE hace tiempo.
Los
partidos constitucionalistas han tirado la toalla y se resignan a ver la región
en manos de los separatistas y los terroristas, camino de su independencia, sin
que el valor, el sacrificio de tantos españoles haya servido para nada por la
cobardía de los políticos de los grandes partidos.
La
poda en el PP vasco empezó ya con la marcha de María San Gil, Mayor Oreja,
Santi Abascal, etc. Los más firmes, los más valientes, han sido expulsados o se
han marchado aburridos de ver como el partido giraba hacia las posiciones que
ya defendía el PSOE.
El
propio Aznar se opone a las nuevas medidas, el que sufrió el terrorismo y que
luchó denodadamente para su derrota ve como su sucesor se acerca a los
planteamientos pactistas, de un final sin vencedores ni vencidos, ante la
atónita mirada de tantos españoles que se han opuesto a ETA y sus aliados,
siempre teniendo como referencia a los grandes héroes de allí, tanto socialistas
como populares o de ningún partido.
Triste
devenir el que nos espera al respecto, pero está claro que el Sr. Rajoy ha
decidido desideologizar el partido y convertirlo en un cajón de sastre, donde
quepa casi todo y así tener siempre una base electoral sólida. A cambio,
quienes fuimos afiliados y seguimos siendo votantes del partido, nos
encontramos que ya no es la referencia ideológica- intelectual que teníamos,
sino una máquina de ganar elecciones y eso no gusta a muchos de nosotros.
Los
“modernos” que gobiernan ahora el partido,. Nos dejan sin referencias positivas
y con ello nos obliga a buscar otras opciones que deben surgir en el campo que
el PP abandona: el liberal-conservador, la referencia fundamental para una
España libre, democrática y moderna.
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