sábado, junio 18, 2011

Chesterton: un gigante de la intelectualidad católica



El día 14 se cumplieron 75 años de la muerte de Gilbert K. Chesterton, posiblemente el intelectual católico más importante del siglo XX y junto al Cardenal Newman la cúspide la intelligentsia católica de la modernidad en el Reino Unido.

Nacido en Londres el 29 de mayo de 1874 y fallecido el 14 de junio de 1936, fue desde muy pequeño un enamorado de la literatura, llegando a saberse de memoria obras enteras de Shakespeare. Prolífico escritor con mas de 80 obras, cultivó todos lo géneros desde la novela policíaca con la saga del Padre Brown, obras satíricas como El hombre que fue jueves o biografías como las deliciosas de Santo Tomás y San Francisco o ensayos como Heterodoxos e, incluso, poesía.

Su tránsito religioso pasó por el anglicanismo, seguida de una época de alejamiento religioso, para concluir como católico en 1922. Quizás esa evolución hizo de él un católico sin complejos, firme en sus convicciones y profundo en sus conocimientos. Temible polemista, socarrón, con ese toque de ironía tan británico, fue una figura muy popular e los años ´30 sobre todo en el mundo anglosajón. Su defensa del ideario católico, tanto en lo social como en lo espiritual, le convirtieron en la gran figura anglosajona del catolicismo.

Desgraciadamente, tras su muerte su figura fue siendo olvidada paulatinamente. En España, donde nunca fue muy conocido, es el gran ignorado, prueba de ello es que, prácticamente, el aniversario ha pasado desapercibida incluso para los medios católicos y eso que, en los últimos años sus obras han sido reeditadas con relativo éxito.

Resulta lamentable este olvido, pues Chesterton es el epítome de lo que debe ser un intelectual católico: con gran cultura general y religiosa, combativo, polemista defensor de sus ideas sin complejos, irónico como ya hemos comentado, su figura señera le hizo ser reconocido como Doctor Honoris Causa por universidades Edimburgo, Dublín o Nôtre Dame de EE.UU. y como defensor Fidei por el Papa Pio XI.

En estos omentos de dura pugna con el laicismo mas radical se hace necesario, diría más, imprescindible recuperar su figura y, sobre todo, sus escritos de donde podemos sacar sustanciales enseñanzas y argumentos en defensa de nuestra fe.

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