En el aquelarre que mañana sábado van a celebrar los defensores del juez corrupto van a participar una serie de elementos caracterizados por su “defensa” de la libertad y la democracia: desde los/las ”chicos”/”chicas” cejudos, grandes “defensores” de la libertad en lugares como Cuba o Venezuela, gentes como “tintín” Toledo, decrépita Bardem o comepollos Almodóvar, si debemos creer a Evo Morales, entre otros. Pero, probablemente el más representativo va a ser el “poeta” Marcos Ana.
Por supuesto, la mayoría de Uds. se preguntarán quién es el susodicho vate que va a loar al magistrado trincón. Pues, verdaderamente solo se le conoce por haber estado desde 1939 a 1961 en la cárcel, según él como represaliado político del franquismo. También dio algo que hablar cuando el ínclito ministro Corbacho decidió otorgarle la Medalla de Oro al Trabajo y el galardonado comentó: ¿a mí?,¡pero si yo no he trabajado en la vida!.
La verdad es que fue un rasgo de humildad, porque Marcos Ana, cuyo verdadero nombre es Fernando Macarro Castillo, según figura en el Archivo del PCE, caja 127, si que trabajó duro y a destajo en Alcalá de Henares, entre julio y septiembre de 1936, cuando con 16 años y siendo dirigente de la J.S.U. participó directamente en el asesinato de Marcial Plaza Delgado el 23 de julio de 1936 y de Amadeo Martín Acuña y Agustín Rosado, el 3 de septiembre del mismo año, amén de otras exacciones y profanaciones. Plaza, de 41 años, era cura. Martín era un cartero de 24 años que militaba en Acción Popular y Rosado era un labrador de 45 años sin filiación política pero de reconocida religiosidad. Es de suponer que por esta dura brega se le ha concedido la mencionada medalla y por su “humanidad”, la de Derechos Humanos Rene Cassin por parte del gobierno socialista vasco.
El asesino marxista no fue ejecutado por los “malvados fascistas”, pese a sus crímenes, debido a su edad e, incluso, fue puesto en libertad en 1961 cuando el régimen de Franco decidió poner en libertad a todos los resos que llevasen mas de 20 años encerrados.
Una vez en libertad, Marcos Ana se dedicó, totalmente, al activismo político siempre en defensa del terrorismo marxista. De poesía nada de nada, no aparece en ninguna antología ni se le conoce obra alguna. Pues bien este ejemplo de amor, libertad y democracia va a ser uno de los panegiristas del juez del caso Faisán. Nunca el juez estrella y la izquierda pudieron caer tan bajo y ser tan deleznables, ¡ah!, Almodóvar va a realizar una película biográfica sobre el mencionado Marcos Ana. ¿Aparecerán sus crímenes en la misma?
Por supuesto, la mayoría de Uds. se preguntarán quién es el susodicho vate que va a loar al magistrado trincón. Pues, verdaderamente solo se le conoce por haber estado desde 1939 a 1961 en la cárcel, según él como represaliado político del franquismo. También dio algo que hablar cuando el ínclito ministro Corbacho decidió otorgarle la Medalla de Oro al Trabajo y el galardonado comentó: ¿a mí?,¡pero si yo no he trabajado en la vida!.
La verdad es que fue un rasgo de humildad, porque Marcos Ana, cuyo verdadero nombre es Fernando Macarro Castillo, según figura en el Archivo del PCE, caja 127, si que trabajó duro y a destajo en Alcalá de Henares, entre julio y septiembre de 1936, cuando con 16 años y siendo dirigente de la J.S.U. participó directamente en el asesinato de Marcial Plaza Delgado el 23 de julio de 1936 y de Amadeo Martín Acuña y Agustín Rosado, el 3 de septiembre del mismo año, amén de otras exacciones y profanaciones. Plaza, de 41 años, era cura. Martín era un cartero de 24 años que militaba en Acción Popular y Rosado era un labrador de 45 años sin filiación política pero de reconocida religiosidad. Es de suponer que por esta dura brega se le ha concedido la mencionada medalla y por su “humanidad”, la de Derechos Humanos Rene Cassin por parte del gobierno socialista vasco.
El asesino marxista no fue ejecutado por los “malvados fascistas”, pese a sus crímenes, debido a su edad e, incluso, fue puesto en libertad en 1961 cuando el régimen de Franco decidió poner en libertad a todos los resos que llevasen mas de 20 años encerrados.
Una vez en libertad, Marcos Ana se dedicó, totalmente, al activismo político siempre en defensa del terrorismo marxista. De poesía nada de nada, no aparece en ninguna antología ni se le conoce obra alguna. Pues bien este ejemplo de amor, libertad y democracia va a ser uno de los panegiristas del juez del caso Faisán. Nunca el juez estrella y la izquierda pudieron caer tan bajo y ser tan deleznables, ¡ah!, Almodóvar va a realizar una película biográfica sobre el mencionado Marcos Ana. ¿Aparecerán sus crímenes en la misma?
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