Resulta muy curiosa la fobia patológica que la izquierda en general y la española en particular les tienen a los llamados neocons. Al parecer los miembros de esta corriente ideológica o línea de pensamiento son los culpables de todos los males del mundo, ya sea la guerra de Irak o la crisis económica y, a este paso, hasta de la muerte de Manolete.
En realidad se trata o bien de una campaña antioccidental o de una analfabetismo descomunal, porque quienes les critican dan la impresión de jamás haber leído una sola línea de los planteamientos de los mismos y que solo se guían por la firme oposición que dicho grupo plantea a las dictaduras, su lucha por la democracia en el mundo entero y su escaso interés por la economía. Lógicamente, los defensores de las dictaduras tales como Cuba, Irán o semidictaduras, que pronto se consolidarán, como Bolivia o Venezuela es lógico que odien a quienes han hecho de la defensa de la democracia y sus valores una de sus principales líneas ideológicas y de actuación. Junto a ella una segunda, que ya irrita hasta el paroxismo a la izquierda, es su firmeza en el mantenimiento del poderío estadounidense, es decir su patriotismo sin complejos. A su vez, no dudan en defender el uso de la fuerza cuando sea necesario, lo que no les convierte, pese a lo que opinan sus oponentes, en militaristas sino en realistas que son conscientes de que en un mundo como el nuestro el recurso a la fuerza no debe desdeñarse si ello es necesario.
Estos planteamientos no pueden soportarse por quienes desde posiciones “buenistas” quieren convertir a las fuerzas armadas en ong´s que no se sabe muy bien para que sirven o envían a nuestras tropas a zonas candentes como si fuesen de gira campestre, dejándoles, prácticamente, sin capacidad de defensa y convirtiéndoles en el hazmerreír de nuestros aliados de la OTAN. Pero, lógicamente, quienes defiende la mal llamada Alianza de Civilizaciones que no es mas que una alianza de totalitarios sobre todo islamistas, quienes no son capaces de hacer frente a las reiteradas provocaciones de tiranozuelos como el marroquí o quién no cree en su patria, concepto discutible Rodríguez “dixit”, es normal que odien a los neocons.
Pero si esa fobia es lógica desde los parámetros anteriormente expuestos, lo que resulta de una papanatez insultante es el intento de cargar sobre los neocons la culpa de la crisis económica. Como ya he comentado antes, la economía les interesa poco, ítem más, son partidarios de un estado fuerte capaz con sus recursos de hacer frente a los peligros del siglo XXI, nada de neoliberales, ultraliberales o anarcoliberales, mas bien su foco está puesto en los problemas políticos y estratégicos mas que en los económicos. Por tanto, lo que se demuestra es que ni Pepiño ni su jefe Rodríguez conocen el pensamiento neoconservador, por lo que para paliar su estupidez les recomiendo la lectura de los documentos que emanan del P.N.A.C., en español, Proyecto para un nuevo siglo americano, siempre que Pepiño o Rodríguez sean capaces de juntar mas de dos letras en inglés, sino que se lo traduzca alguno de sus amigos de la farándula que tan buenos dólares están ganando en USA. En España, el pensamiento neoconservador está magníficamente expuesto en los documentos del Grupo de Estudios Estratégicos (G.E.E.S.), cuya página web es una fuente insustituible de información y análisis, especialmente sobre temas estratégicos y políticos.
En realidad se trata o bien de una campaña antioccidental o de una analfabetismo descomunal, porque quienes les critican dan la impresión de jamás haber leído una sola línea de los planteamientos de los mismos y que solo se guían por la firme oposición que dicho grupo plantea a las dictaduras, su lucha por la democracia en el mundo entero y su escaso interés por la economía. Lógicamente, los defensores de las dictaduras tales como Cuba, Irán o semidictaduras, que pronto se consolidarán, como Bolivia o Venezuela es lógico que odien a quienes han hecho de la defensa de la democracia y sus valores una de sus principales líneas ideológicas y de actuación. Junto a ella una segunda, que ya irrita hasta el paroxismo a la izquierda, es su firmeza en el mantenimiento del poderío estadounidense, es decir su patriotismo sin complejos. A su vez, no dudan en defender el uso de la fuerza cuando sea necesario, lo que no les convierte, pese a lo que opinan sus oponentes, en militaristas sino en realistas que son conscientes de que en un mundo como el nuestro el recurso a la fuerza no debe desdeñarse si ello es necesario.
Estos planteamientos no pueden soportarse por quienes desde posiciones “buenistas” quieren convertir a las fuerzas armadas en ong´s que no se sabe muy bien para que sirven o envían a nuestras tropas a zonas candentes como si fuesen de gira campestre, dejándoles, prácticamente, sin capacidad de defensa y convirtiéndoles en el hazmerreír de nuestros aliados de la OTAN. Pero, lógicamente, quienes defiende la mal llamada Alianza de Civilizaciones que no es mas que una alianza de totalitarios sobre todo islamistas, quienes no son capaces de hacer frente a las reiteradas provocaciones de tiranozuelos como el marroquí o quién no cree en su patria, concepto discutible Rodríguez “dixit”, es normal que odien a los neocons.
Pero si esa fobia es lógica desde los parámetros anteriormente expuestos, lo que resulta de una papanatez insultante es el intento de cargar sobre los neocons la culpa de la crisis económica. Como ya he comentado antes, la economía les interesa poco, ítem más, son partidarios de un estado fuerte capaz con sus recursos de hacer frente a los peligros del siglo XXI, nada de neoliberales, ultraliberales o anarcoliberales, mas bien su foco está puesto en los problemas políticos y estratégicos mas que en los económicos. Por tanto, lo que se demuestra es que ni Pepiño ni su jefe Rodríguez conocen el pensamiento neoconservador, por lo que para paliar su estupidez les recomiendo la lectura de los documentos que emanan del P.N.A.C., en español, Proyecto para un nuevo siglo americano, siempre que Pepiño o Rodríguez sean capaces de juntar mas de dos letras en inglés, sino que se lo traduzca alguno de sus amigos de la farándula que tan buenos dólares están ganando en USA. En España, el pensamiento neoconservador está magníficamente expuesto en los documentos del Grupo de Estudios Estratégicos (G.E.E.S.), cuya página web es una fuente insustituible de información y análisis, especialmente sobre temas estratégicos y políticos.
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