El premio Príncipe de España se ha concedido a la colombiana Ingrid Betancourt, la cual se ha vuelto muy famosa por su odisea durante seis años como ¿rehén? del grupo narcoterrorista FARC. Durante años, pero sobre todo en los últimos meses anteriores a su liberación, nos inundaron con la historia de su drama, nos alertaron de su situación anímica y física llegando a decirse que tenía todas las enfermedades habidas y por haber y que estaba en las últimas.
El llamado “grupo de amigos de Colombia” entre los que se cuentan Cuba, Venezuela, España y Francia entre otros, la verdad es que el país andino no necesita enemigos con los amigos que tiene, presionó fuertemente al Presidente Uribe para que pactara con los terroristas y, mediante concesiones del estado colombiano, liberaran a los rehenes, aunque la realidad es que el único rehén que importaba era la Sra. Betancourt, porque era una dama de la muy alta burguesía colombiana y con doble nacionalidad colombiana y francesa. Ese remedo de Napoleón llamado Sarkozy se involucró personalmente para su liberación, intentando obligar a Uribe a pactar con los asesinos de las FARC, ¡curiosa actitud la de Francia!, siempre tan defensora de los derechos humanos y que por interés político de su Presidente exigía poner en pie de igualdad al gobierno democrático de Colombia y a una banda de narcoterroristas, pero ya sabemos que los gabachos son así y solo tenemos que recordar los muchos años de apoyo a ETA o su “comprensión” ante el terrorismo palestino, ¡ah la hipócrita y ridícula Francia!. Pero volviendo a Dª Ingrid, recordar que no fueron las negociaciones sino un brillante operativo del ejército colombiano, con apoyo de Inteligencia de EE.UU y asesoramiento israelí, el que consiguió la liberación de dicha señora y de otros 14 rehenes, de los que, por cierto y salvo en Colombia, nunca mas se supo frente a las noticias sobre la Sra. Betancourt. También por cierto, que poco se habla, ni antes ni ahora, de los centenares de rehenes de la escoria marxista colombiana pero ¡claro!, son simples soldados, policías, empresarios o campesinos, no famosos mas o menos reales.
Las dudas surgen tras la liberación de Dª Ingrid, pues una persona que ha estado 6 años, supuestamente, en condiciones infrahumanas y que se encontraba al borde de la muerte, salió tan campante del helicóptero, casi ni pasó por el hospital en Colombia y se marchó zumbando hacia Francia para agradecer a Sarkozy los esfuerzos de éste en su liberación en la que no había tenido arte ni parte, pero ¡bueno!. A partir de ahí la muy enferma Sra. Betancourt está haciendo un maratón mundial, entrevistándose con presidentes, primeros ministros y hasta el Papa sin que, al parecer, sus fuerzas se resientan, ¿curioso, no?.
Es cierto que la buena señora hace campaña por la liberación de todos los rehenes, pero mediante la negociación, y así lo ha repetido hace unos días en el Parlamento europeo. No solo eso, sino que preguntada por España y el terrorismo etarra se ha mostrado partidaria de la negociación, ¿nos suena?. A quién no conozca a esta pajarita le puede sorprender su actitud, pero hay que recordar que la buena señora lleva muchos años defendiendo a los narcoterroristas, pues solo de esa manera se puede interpretar su campaña por la negociación, ya que con ello se equipara a un estado democrático con una banda de asesinos.
Cuando fue secuestrada era la dirigente de un exótico partido llamado Verde Oxígeno y que tenía una intención de voto que no llegaba la 4%, que fue secuestrada, pese a las advertencias que se le hicieron cuando iba a entrevistarse con las FARC para negociar, que siempre ha sido una opositora al ejército, ¿non suena también?, al que llegó a tildar de asesinos y de quienes decía “ que le dolía igual la muerte de un guerrillero que la de un soldado”, que su compañera de ticket electoral era Clara Rojas quién en cautividad ha tenido un hijo de un guerrillero, ¡divertida cautividad!, amiga de Chávez y opositora a la democracia colombiana. Estas son las credenciales y las amistades peligrosas de la ¿exsecuestrada?, quién tuvo muy pocas palabras de agradecimiento para el ejército de su país, solo unas muy breves al bajar del helicóptero que la traía tras ser rescatada, ¡hasta ahí podíamos llegar!, pero que sigue oponiéndose a las acciones militares con la estúpida excusa de que pone en peligro a los rehenes. Sra. Betancourt, ¿no están muriendo y morirán muchos mas rehenes sino se actúa, como ya hemos visto?.
Bueno, esta es la flamante premio Príncipe de España, premio que no era para ella sino para el obispo Quique Figueredo, ese religioso que en Camboya dirige un centro para personas con amputaciones por las minas, un verdadero héroe, pero ¡claro! muy poco mediático y además peligroso: religioso católico, un hombre que no se casa con nadie, recordemos que a su primo Rodrigo Rato cuando estuvo en Camboya le llevó a ver a los lisiados y le dijo aquello de “ esta es la verdadera pobreza”. Peligroso, porque en su discurso podía recordar los crímenes de los cascos azules en Camboya o que el país es receptor de pederastas y estupradores de Europa que aprovechándose de la miseria ejercen sus asquerosas bajas pasiones con los niños/as del país khmer y si eso saliese ante la selecta audiencia del Campoamor podría ser violento. Sin embargo, la dulce Ingrid con su carita de buena y su dulce voz encandilará a todos y, además, es políticamente correcto, porque ya sabemos que el buenismo y la negociación con asesinos terroristas es el lema de este gobierno nuestro y así nos lo ha recordado el ínclito Eriguren, sí, el maltratador, feministas, ¿dónde estáis?, y por tanto que mejor que darle ese galardón a la buenista Ingrid. Por cierto, ¿para cuando el premio a Ortega Lara o alguno de los otros rehenes de ETA?
El llamado “grupo de amigos de Colombia” entre los que se cuentan Cuba, Venezuela, España y Francia entre otros, la verdad es que el país andino no necesita enemigos con los amigos que tiene, presionó fuertemente al Presidente Uribe para que pactara con los terroristas y, mediante concesiones del estado colombiano, liberaran a los rehenes, aunque la realidad es que el único rehén que importaba era la Sra. Betancourt, porque era una dama de la muy alta burguesía colombiana y con doble nacionalidad colombiana y francesa. Ese remedo de Napoleón llamado Sarkozy se involucró personalmente para su liberación, intentando obligar a Uribe a pactar con los asesinos de las FARC, ¡curiosa actitud la de Francia!, siempre tan defensora de los derechos humanos y que por interés político de su Presidente exigía poner en pie de igualdad al gobierno democrático de Colombia y a una banda de narcoterroristas, pero ya sabemos que los gabachos son así y solo tenemos que recordar los muchos años de apoyo a ETA o su “comprensión” ante el terrorismo palestino, ¡ah la hipócrita y ridícula Francia!. Pero volviendo a Dª Ingrid, recordar que no fueron las negociaciones sino un brillante operativo del ejército colombiano, con apoyo de Inteligencia de EE.UU y asesoramiento israelí, el que consiguió la liberación de dicha señora y de otros 14 rehenes, de los que, por cierto y salvo en Colombia, nunca mas se supo frente a las noticias sobre la Sra. Betancourt. También por cierto, que poco se habla, ni antes ni ahora, de los centenares de rehenes de la escoria marxista colombiana pero ¡claro!, son simples soldados, policías, empresarios o campesinos, no famosos mas o menos reales.
Las dudas surgen tras la liberación de Dª Ingrid, pues una persona que ha estado 6 años, supuestamente, en condiciones infrahumanas y que se encontraba al borde de la muerte, salió tan campante del helicóptero, casi ni pasó por el hospital en Colombia y se marchó zumbando hacia Francia para agradecer a Sarkozy los esfuerzos de éste en su liberación en la que no había tenido arte ni parte, pero ¡bueno!. A partir de ahí la muy enferma Sra. Betancourt está haciendo un maratón mundial, entrevistándose con presidentes, primeros ministros y hasta el Papa sin que, al parecer, sus fuerzas se resientan, ¿curioso, no?.
Es cierto que la buena señora hace campaña por la liberación de todos los rehenes, pero mediante la negociación, y así lo ha repetido hace unos días en el Parlamento europeo. No solo eso, sino que preguntada por España y el terrorismo etarra se ha mostrado partidaria de la negociación, ¿nos suena?. A quién no conozca a esta pajarita le puede sorprender su actitud, pero hay que recordar que la buena señora lleva muchos años defendiendo a los narcoterroristas, pues solo de esa manera se puede interpretar su campaña por la negociación, ya que con ello se equipara a un estado democrático con una banda de asesinos.
Cuando fue secuestrada era la dirigente de un exótico partido llamado Verde Oxígeno y que tenía una intención de voto que no llegaba la 4%, que fue secuestrada, pese a las advertencias que se le hicieron cuando iba a entrevistarse con las FARC para negociar, que siempre ha sido una opositora al ejército, ¿non suena también?, al que llegó a tildar de asesinos y de quienes decía “ que le dolía igual la muerte de un guerrillero que la de un soldado”, que su compañera de ticket electoral era Clara Rojas quién en cautividad ha tenido un hijo de un guerrillero, ¡divertida cautividad!, amiga de Chávez y opositora a la democracia colombiana. Estas son las credenciales y las amistades peligrosas de la ¿exsecuestrada?, quién tuvo muy pocas palabras de agradecimiento para el ejército de su país, solo unas muy breves al bajar del helicóptero que la traía tras ser rescatada, ¡hasta ahí podíamos llegar!, pero que sigue oponiéndose a las acciones militares con la estúpida excusa de que pone en peligro a los rehenes. Sra. Betancourt, ¿no están muriendo y morirán muchos mas rehenes sino se actúa, como ya hemos visto?.
Bueno, esta es la flamante premio Príncipe de España, premio que no era para ella sino para el obispo Quique Figueredo, ese religioso que en Camboya dirige un centro para personas con amputaciones por las minas, un verdadero héroe, pero ¡claro! muy poco mediático y además peligroso: religioso católico, un hombre que no se casa con nadie, recordemos que a su primo Rodrigo Rato cuando estuvo en Camboya le llevó a ver a los lisiados y le dijo aquello de “ esta es la verdadera pobreza”. Peligroso, porque en su discurso podía recordar los crímenes de los cascos azules en Camboya o que el país es receptor de pederastas y estupradores de Europa que aprovechándose de la miseria ejercen sus asquerosas bajas pasiones con los niños/as del país khmer y si eso saliese ante la selecta audiencia del Campoamor podría ser violento. Sin embargo, la dulce Ingrid con su carita de buena y su dulce voz encandilará a todos y, además, es políticamente correcto, porque ya sabemos que el buenismo y la negociación con asesinos terroristas es el lema de este gobierno nuestro y así nos lo ha recordado el ínclito Eriguren, sí, el maltratador, feministas, ¿dónde estáis?, y por tanto que mejor que darle ese galardón a la buenista Ingrid. Por cierto, ¿para cuando el premio a Ortega Lara o alguno de los otros rehenes de ETA?
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