domingo, noviembre 04, 2007

¡Vaya vecino!

Una merma física me tiene un poco apartado de estos avatares de poner negro sobre blanco algunas ideas y pensamientos. Pero los acontecimientos de estos últimos días casi me obligan a sentarme ante del ordenador, pese a la mencionada merma.
El viaje de los monarcas a Ceuta y Melilla pone, una vez más, sobre la mesa la dificultad de las relaciones con el sátrapa alauí. Parece increíble que todos los gobiernos españoles hayan tenido tantas deferencias con Marruecos. Ya el General Franco, tras la independencia de Marruecos, quiso tener unas buenas relaciones, sin lugar a dudas recordando su pasado africanista y la ayuda en la Guerra Civil. Pese a ello se encontró con la guerra de Ifni-Sáhara, de cuyo inicio pronto se cumplirán 50 años, los incidentes en el Norte del Sáhara en 1960, la reivindicación de Ceuta y Melilla, constante, culminando, en las postrimerías de su vida, la Marcha Verde de la que se cumple aniversario en los próximos días.
Los gobiernos democráticos siguieron mostrando esa deferencia hacia el sucesor de Mohamed V, el tétrico Hassan II, pero ni Suárez, Calvo Sotelo, Felipe o Aznar consiguieron más que reclamaciones de los marroquíes y sucesivos desplantes, como en los temas de pesca o provocaciones como las de Perejil. La reacción firme de Aznar quedó un tanto diluida por la actitud traicionera del PSOE que no dudó en alinearse con las tesis marroquíes y que, a su llegada al poder, plasmó con nuevas concesiones de toda índole, no siendo las menos importantes las propagandísticas, como aparecer el Presidente Rodríguez debajo de un mapa con territorios españoles como si fuesen marroquíes. No menor ha sido la traición del gobierno y el partido socialista a los saharauis, cuando pasaron de referéndum en Andalucía por la autodeterminación del Sáhara a tragar con la idea de un Sáhara marroquí.
Pues bien, todas esas concesiones, sin olvidar el trágala con la cantidad de marroquíes que viven en España, las nunca despejadas dudas sobre la participación de los servicios secretos de ese país en el 11M, los apoyos ante la U.E., etc. no sirven de nada cuando se realiza algún gesto que aquella dictadura considera inadecuado, como ocurre con la visita de los reyes a Ceuta y Melilla. No voy a entrar en los derechos de España sobre esas ciudades, ni en su devenir histórico, es sabido y no hay más que decir. Lo que es lamentable son las reticencias en la propia España sobre las visitas de Estado a nuestras ciudades norteafricanas. Pocos Presidentes como tales han ido allí, Rodríguez si lo ha hecho, y no iba un rey desde hacía 80 años, ya que D. Juan Carlos y Dª Sofía en el ’70 lo hicieron como Príncipes de España. Esa cobardía, esa memez ante el tirano Hassan antes y Mohamed ahora no sirve más que para dar alas a los mismos y la posición del gobierno, mirando para otro lado como siempre, demuestra poca dignidad. Claro que no mucho mejor es el comportamiento del PP que si, por un lado, apoya la visita de los reyes por otro dice que apoyará al gobierno en sus esfuerzos por recomponer las relaciones con el vecino del sur. Yo me pregunto, ¿que hay que recomponer?, ¿quién ha retirado al embajador?, ¿quién intenta interferir en asuntos internos de España?. Me temo que, una vez mas, la mojigatería se acabe imponiendo y aunque la visita se realice acabemos, como siempre, haciendo concesiones al déspota de Rabat. ¿No ha llegado el momento de decir “basta ya” y, de una vez por todas, poner al pájaro de Mohamed y a toda la corrupta patulea que gobierna allí en el sitio que le corresponde?,o, ¿volveremos a tragar con una Marcha Verde o nuevos asaltos de inmigrantes teledirigidos a Ceuta y Melilla?. Si España no demuestra firmeza y me refiero a España y no solo al gobierno, tarde o temprano tendremos graves problemas y no solo en Ceuta y Melilla. Personalmente creo que mas vale frenarles allí y ahora que mas tarde y quizás aquí.

1 comentario:

Alberto Esteban dijo...

Espero que usted se mejore amigo. Por lo demás estoy de acuerdo, más vale frenarles allí y ahora... por lo que pudiera pasar en el futuro.

Saludos