domingo, marzo 11, 2007

Estuve allí




























En la manifestación que ayer sábado se celebró en Madrid, convocada por el PP, contra la virtual excarcelación del asesino etarra De Juana y contra las cesiones de este gobierno frente a los etarras. Para desesperación de “Pepiño el analfabeto” apenas había banderas con el Águila de San Juan, “aguilucho” según el prócer, lo que, en cierta manera lamenté, porque esa bandera es, por lo menos, tan legítima como la tricolor y, desde luego mucho mas ajustada a la realidad de la historia de España que la de la segunda república, cuya franja morada no tiene razón de ser y además es otra mixtificación histórica de la que hablaré algún día. Pero volviendo a los miles y miles de banderas que, en tarde de viento afortunado, ondearon como nunca, banderas bicolores, con el actual escudo y sin escudo, pero refrendando que desde principios del XIX esa bandera es la única y verdadera de España, escudos al margen. También había algunas con el aspa borgoñona, que, inculto Pepino y otros, no es la de los carlistas, sino que los carlistas hicieron suya la bandera de España entre el XVI y principios del XIX, que nuestros Tercios pasearon por Europa y África. Pocas enseñas regionales, era el día de la bicolor, algunas con nuestro toro e, incluso, con Don Quijote y Sancho.
También para tristeza de la Vicepresidenta de “un modelito en cada comparecencia” y de Garrido, el comunista que no medraba en IU y se pasó al PSOE, no hubo violencia, ni verbal, ni física, los gritos que se corearon fueron: “Todos a una contra Batasuna”, “A por ellos”, “Zapatero embustero”;”Rubalcaba mentiroso”, esos fueron los mayores insultos, nada de “asesinos” o “amigos de los terroristas” o los escuchados en la concentración de UGT y la gente de Manjón el día anterior contra el PP, Aznar y Bush, por cierto, ¡pobres Aznar y Bush!, acabarán siendo culpables de la muerte de Manolete.
En la manifestación había familias enteras, gentes de toda condición, para nueva tristeza de Pepiño no había abrigos de piel, fue una manifestación, casi concentración porque de donde estabas ya no te podías mover, educada, alegre incluso, pero firme, muy firme en la decisión de no ceder ante el chantaje terrorista para acabar con la libertad y la destrucción de España. Del discurso de Rajoy, lo más coreado fue el ¡viva la libertad! y el ¡viva España!. Para los que ya somos algo mayores fue emocionante y triste, a la vez, volver a escuchar aquella canción paradigmática de la Transición: “Libertad sin ira”, emocionante por los recuerdos de aquellos tiempos y triste porque había que volverla a entonar ante los ataques a la libertad que el PSOE y sus aliados separatistas y terroristas están lanzando contra la misma desde sus postulados cada vez mas totalitarios, pero también era un canto de esperanza coreado por miles y miles de personas, muchas de las cuales o habían nacido o eran muy jóvenes en aquellos tiempos.
Un pequeño apunte sobre la participación, no se la cantidad de gente que pudo asistir, además, cuando estás dentro de una aglomeración tal tu campo de observación es muy limitado. Si puedo decir que desde la estación de Atocha, 16:20 de la tarde aproximadamente, hasta las 17:00 horas en que, con unos amigos, llegué a Colón eran riadas las que por todas las arterias de esa amplia zona de la capital confluían hacia la zona del recorrido, de tal forma que no hubo manera, todavía a esa hora, de llegar a la Puerta de Alcalá. Debimos ser muchos centenares de miles los que participamos, pero no puedo decir cantidad, lo que si me llama la atención son los números de la Delegación del Gobierno: 343.000 personas, nunca he comprendido como se pueden dar cifras ajustadas en esas grandes concentraciones por muchos medios técnicos de que se disponga, pues la gente va entrando y saliendo, afluye por calles aledañas, etc., ¿en que momento se mide la cantidad?, ¿que espacio físico se contempla?, en fin, lo veo difícil, pero lo que ya me deja pasmado es lo de “.. y tres mil”, me recuerda el viejo chiste del Fuerte en el Viejo Oeste y el vigía que grita -¡viene los indios!-, preguntando el capitán-¿Cuántos son?-, respondiendo el vigía -¡1002!-, sorprendido, el capitán vuelve a preguntar, -¿cómo lo sabes?- y el vigía, tan pancho, responde-¡porque vienen dos delante y unos mil detrás!-, pues así debe medir la Delegación.
En definitiva, creo que fue un día histórico, donde una parte importante de la sociedad española demostró que no está dispuesta a rendirse y si a combatir, democráticamente, a terroristas, separatistas y a un gobierno débil. No creo equivocarme que, como cuando el espíritu de Ermúa, habrá un antes y un después del día de ayer, sábado 10 de marzo de 2007.
Por último, en este día de triste aniversario, un recuerdo para las victimas y sus familiares, así como pedir, a los creyentes de cualquier religión, una oración por todos ellos. Amén








1 comentario:

Ricardo dijo...

Asistencia = superficie ocupada (m2) x densidad de ocupación (per/m2)

Nota: 340.000 personas es el equivalente a toda la población de Las Palmas de Gran Canaria o la sumad de Santa Cruz de Tenerife (2ª ciudad de canarias) y La Laguna (3ª ciudad de Canarias)