jueves, febrero 01, 2007

Libertad, ¡mas libertad!

Cuando miro a mi alrededor, a la gente que me rodea, a la que está un poco mas lejos, al resto de los habitantes de mi ciudad, de España y de Europa, veo, mayoritariamente, una sociedad muy poco libre y, lo que es peor, con pocas ganas de serlo. Se me dirá que soy un exagerado, que todos queremos ser mas libres, que rechazamos la opresión, etc., pero creo que no es cierto, al contrario considero que, por lo menos a una parte importante, le gusta estar sometida en mayor o menor grado. No tenemos más que mirar las encuestas y los hechos, muy rápidamente: 3 de cada 4 estudiantes universitarios españoles quieren un empleo público, solo 1 de cada 10 o 15 aspira a ser empresario, todos queremos que sea gratuito desde los libros de texto al transporte público, el PSOE, y no solo el, defiende a ultranza la enseñanza pública, la medicina pública, transporte público, mas gasto, etc.. en Grecia se están produciendo inmensas manifestaciones de profesores y estudiantes para que el parlamento no apruebe una ley que permita las universidades privadas. Desde hace años existe una tremenda campaña contra las liberalizaciones de la Unión Europea, de por si bastante tímidas, por no hablar contra el libre comercio y la globalización. Basándose en datos mas falsos que el beso de Judas los antiglobalizadores, esa extraña amalgama de sindicalistas, anarquistas, comunistas, religiosos y otros, que, por cierto, no se de donde sacan fondos para ir de reunión en reunión a manifestarse mientras el resto trabajamos, propugna eso de que “otro mundo es posible” que, si no les entiendo mal, significa la vuelta al totalitarismo estatista en la cual la élite, que supongo serán ellos, nos diga lo que tenemos que hacer desde, como en la vieja socialdemocracia sueca felizmente liquidada, “desde la cuna a la tumba” o en aquel socialismo real donde “ellos hacían como que te pagaban y nosotros como si trabajáramos”. Esas parecen ser la ideas que pululan por estos lares, el miedo a la globalización, a la libre competencia de otros países hace que nos queramos proteger bajo paraguas proteccionistas, eso sí, con mensajes muy “sociales” tales como que las multinacionales explotan a mujeres y niños en esos países, olvidando que aunque así fuese, lo que casi nunca es cierto y solo hay que mirar los verdaderos datos, siempre estarán menos explotados que teniendo que venderse y vender a sus hijos a la prostitución o verlos morir de hambre, porque tampoco es bueno que se produzcan alimentos transgénicos. Eso si Monsieur Bové y los getas de los campesinos que le siguen reciben, de todos nosotros, una pasta en subvenciones para que compitan con sus productos en el tercer mundo con los agricultores de esos países y, por supuesto, de importaciones con aranceles bajos o sin ellos ¡nada de nada!, a cambio propugnan estupideces como la tasa Tobin el recargo en los billetes de avión, cuando ese dinero, dicho por la propia ONU, no llega sus destinatarios, pues como bien dice el economista indio Amartya Sen, premio Nóbel de 1988, “los pobres de los países ricos subvencionan a los ricos de los países pobres” y sino que se lo digan a los Mobutu, Bokassa o Anan.
Pero no solo es en lo económico, en lo social es tamos entregados, patochadas como el tema de las hamburguesas, el vino y otras sandeces, no son contestadas por la opinión pública y, en todo caso, muy tímidamente. Cretineces como el querer gravar los pisos vacíos, verdadero atentado a la propiedad, uno de los pilares de la libertad, apenas reciben respuesta y si alguien, como una asociación de Barcelona, propone no como se ha dicho la insumisión fiscal, sino depositar el dinero del IBI en el juzgado, salen voces diciendo que eso no se debe hacer, que hay otros recursos, recurso que duran años, como el tema de los okupas. Pero es mas, los políticos están imponiendo sus intereses a la sociedad, desde estatutos que solo sirven para perpetuar su poder y defender sus intereses y los ciudadanos nos encogemos de hombros aunque ello signifique recortes de libertades y coste económico, esperando alguna “ayuda” o alguna “subvención”.
Por supuesto hay que hablar del P.E.R., ese camelo, pero verdadero granero de votos en Andalucía y Extremadura, recordemos la notcicia reciente de que en Huelva hay que traer mano de obra extranjera, se necesitan 10.000 trabajadores para la fresa, mientras cobran el subsidio de desempleo una cantidad superior a esa, ¡pasmémonos!, pero lo mismo ocurre en Almería y otros lugares. Pues bien, la gente vota en masa al PSOE porque les resulta más cómodo vivir pensionados a cambio de la fidelidad al régimen de turno. Muchos mas ejemplos de nuestra lenidad: en educación una LOGSE desastrosa, el tema del agua, etc. nos demuestran que preferimos el dirigismo e ir tirando que enfrentarnos al poder y exigir nuestro derecho a decidir, claro que conlleva riesgos, que no hay “ayudas” o “subvenciones”, pero no nos damos cuenta que esas cantidades las acabamos pagando por otras vías y además sin derecho a exigir.
Por eso creo que el problema de España y de Europa es la falta de voluntad ciudadana de ser libres, no solo en lo político y que el remedio es más libertad, ¡mucha más libertad! y menos estado.

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