lunes, mayo 09, 2011

Victoria para los asesinos

La más que sorprendente resolución del T.C., no por esperada igual de repugnante, ha culminado el proceso que se inició antes de la llegada del PSOE al poder. Desde épocas anteriores ya los socialistas apoyaban al terrorismo, no podemos olvidar que en los ´60 y ´70 apoyaban a ETA con la excusa de su antifranquismo, jaleando incluso la muerte de Carrero Blanco, cuando cualquier persona informada sabía que era el político que debía conducir el período postfranquista hacia la democracia y no el chichiribainas de Suárez.


Pero es que la historia del partido socialista está impregnada de apoyo a la acción terrorista. Recordemos que su fundador, al hacerlo se alió con unos patibularios, la famosa “banda de la porra”, que el primer discurso de aquel terrorista en potencia que era Pablo Iglesias, cuando fue elegido parlamentario fue que respetarían la democracia mientras les favoreciese y si no era así la ignorarían y bien que lo hicieron en el ´17, ´34, ´36, ´44, etc.


Cuando vieron, con Míster X que el apoyo a ETA ya no vendía, se pasaron al terrorismo de estado, del que cada día sabemos más, porque esperaban rebatiñar aquellas masas izquierdistas hacia sus planteamientos, pero no lo consiguieron, por lo que decidieron, ya en 2003, al tiempo que se firmaba el Pacto Antiterrorista, acercarse a ETA, pues de esa manera se convertirían en los adalides de la paz, aunque hubiese que ceder lo que fuese a los asesinos. Para ello se desactivó a las Asociaciones de Víctimas, se apoyó a Batasuna en las instituciones nacionales e internacionales y se negoció “ad nauseam” con los asesinos, mientras se les concedía prebendas a los mayores asesinos etarras.


El asesinato de la T4 no significó el fin de los encuentros y, tal como Mayor Oreja ha venido denunciando, ambas partes seguían negociando, pese a los insultos groseros y soeces del PSOE hacia su persona y la escasa, por no decir nula, defensa por parte del PP.


Pero la realidad se ha impuesto, un falso tribunal dirigido por un felpudo de Felipe González ha rematado lo pactado entre ETA y el PSOE permitiendo a la escoria asesina volver al poder municipal, pudiendo hacerse con más de 50 pueblos y 800 millones de euros, amén de tener en su mano las listas electorales de los ciudadanos vascos, con lo que ello significa.


La victoria social-etarra es la derrota de los demócratas, de las víctimas y de quienes creemos en España. Pero esta vez puede haber solución, en las próximas elecciones no podemos olvidar que aunque sean elecciones locales, los representantes del PSOE han apoyado hasta ayer a Rodríguez incluso en sus temas terroristas, no debemos olvidarlo y votar en consecuencia.
Victoria para los socialistas y los etarras


La más que sorprendente resolución del T.C., no por esperada igual de repugnante, ha culminado el proceso que se inició antes de la llegada del PSOE al poder. Desde épocas anteriores ya los socialistas apoyaban al terrorismo, no podemos olvidar que en los ´60 y ´70 apoyaban a ETA con la excusa de su antifranquismo, jaleando incluso la muerte de Carrero Blanco, cuando cualquier persona informada sabía que era el político que debía conducir el período postfranquista hacia la democracia y no el chichiribainas de Suárez.


Pero es que la historia del partido socialista está impregnada de apoyo a la acción terrorista. Recordemos que su fundador, al hacerlo se alió con unos patibularios, la famosa “banda de la porra”, que el primer discurso de aquel terrorista en potencia que era Pablo Iglesias, cuando fue elegido parlamentario fue que respetarían la democracia mientras les favoreciese y si no era así la ignorarían y bien que lo hicieron en el ´17, ´34, ´36, ´44, etc.


Cuando vieron, con Míster X que el apoyo a ETA ya no vendía, se pasaron al terrorismo de estado, del que cada día sabemos más, porque esperaban rebatiñar aquellas masas izquierdistas hacia sus planteamientos, pero no lo consiguieron, por lo que decidieron, ya en 2003, al tiempo que se firmaba el Pacto Antiterrorista, acercarse a ETA, pues de esa manera se convertirían en los adalides de la paz, aunque hubiese que ceder lo que fuese a los asesinos. Para ello se desactivó a las Asociaciones de Víctimas, se apoyó a Batasuna en las instituciones nacionales e internacionales y se negoció “ad nauseam” con los asesinos, mientras se les concedía prebendas a los mayores asesinos etarras.


El asesinato de la T4 no significó el fin de los encuentros y, tal como Mayor Oreja ha venido denunciando, ambas partes seguían negociando, pese a los insultos groseros y soeces del PSOE hacia su persona y la escasa, por no decir nula, defensa por parte del PP.


Pero la realidad se ha impuesto, un falso tribunal dirigido por un felpudo de Felipe González ha rematado lo pactado entre ETA y el PSOE permitiendo a la escoria asesina volver al poder municipal, pudiendo hacerse con más de 50 pueblos y 800 millones de euros, amén de tener en su mano las listas electorales de los ciudadanos vascos, con lo que ello significa.


La victoria social-etarra es la derrota de los demócratas, de las víctimas y de quienes creemos en España. Pero esta vez puede haber solución, en las próximas elecciones no podemos olvidar que aunque sean elecciones locales, los representantes del PSOE han apoyado hasta ayer a Rodríguez incluso en sus temas terroristas, no debemos olvidarlo y votar en consecuencia.

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