miércoles, septiembre 02, 2009

Aniversario conveniente

Se están conmemorando los 70 años de la fecha que se ha considerado como la del inicio de la S.G.M., el 1 de septiembre de 1939. Por supuesto, es una fecha tan válida como cualquier otra, pero la misma conviene mucho a los vencedores de la contienda, es decir a EE.UU., Reino Unido y una Francia derrotada pero siempre chupando rueda de los demás y apareciendo como triunfadora allí donde solo fue aplastada. También, durante décadas, se adecuó a los intereses de la URSS, pero el derrumbamiento del régimen bolchevique hizo variar ciertas perspectivas y planteamientos de los rusos.

Digo que esta fecha es muy conveniente porque en ella se visualiza el brutal ataque de la Alemania nazi contra la pobre y pacífica Polonia, con su secuela de heroica resistencia de los polacos y la crueldad de los alemanes.

La verdad es un poco más atrabiliaria, porque la guerra, en realidad, puede situar su inicio en otras fechas quizás menos convenientes a los aliados. Por ejemplo, en el Pacto de Munich cuando una cobarde Francia y una indiferente Gran Bretaña no dudaron en entregar a Hitler la desafortunada Checoslovaquia, rebatiña en la que por cierto participó Polonia ocupando Teschen.

También es una fecha adecuada aquella en que Alemania engulló Austria ante el silencio anglo-franco-estadounidense, si bien es cierto que la anexión fue acogida con gran entusiasmo por los habitantes del país alpino. Otra fecha a reseñar es aquella en que las tropas de Adolfo entran en Renania y la remilitarizan ante el silencio del resto de los países.

Por supuesto que Alemania tenía mas o menos justificaciones para aquellas acciones: Renania era un territorio alemán que la Francia de Poincarè intentó arrebatarle, como el Sarre; parte importante del oeste y norte de Checoslovaquia eran zonas habitadas por alemanes, los Sudetes, arrebatada a estos para crear el nuevo estado y Austria ya quiso integrarse con Alemania tras un plebiscito en 1919, donde el 90% de los austriacos votaron la integración que fue prohibida por los aliados.

Pero según esa tesis, defendida en Munich en 1938, tan legítimo como lo anterior era que Hitler quisiese recuperar Danzig, antigua ciudad hanseática cuya población era germana en un 90%, o poder establecer una conexión entre Prusia Oriental y el resto del Reich, sin embargo aquí ya los anglofranceses no transigieron, ¿por qué?. Las razones no están claras, no sería por los acuerdos con Polonia, ya que no respetaron los que tenían con los checos y eslovacos, por lo que el aval a Polonia no tenía gran consistencia. Tampoco parecía que hubiese un gran entusiasmo a favor del país, al que ya habían abandonado frente a la URSS en 1920-21. Tampoco parece que la defensa de la democracia ocupara un lugar preeminente, puesto que Polonia no era un país muy democrático y no tardarían en abandonar a una verdadera democracia, Finlandia, frente a los bolcheviques.

Pese a la desclasificación de numerosos documentos, sigue sin estar claro porque la raya se trazó en Danzig y no antes en Renania, Austria, Sudetes, etc., quizás como algunos historiadores sostienen, porque el peligro nazi para el Imperio británico empezaba a ser evidente, pero sigue sin estar claro porque no se declaró la guerra a la URSS que de acuerdo con el Pacto germanosoviético, se apoderó de Polonia oriental y, posteriormente, atacó a Finlandia.

Quedan muchas incógnitas por desvelar de aquellos años de barbarie, pero no parece que la actuación de las, posteriormente, potencias aliadas fuese muy decoroso, por lo menos hasta 1939 y, con el fin de la guerra y Yalta, me quedan dudas de si el resultado de la Europa surgida de aquellas reuniones en el balneario de Crimen, fue muy distinto de el de una Europa ocupada por los nazis. No olvidemos que ambas tiranías fueron aliados durante dos años y que durante los mismos ningún partido comunista de los países ocupados movió un dedo en defensa de su patria, por lo que el mito de la resistencia comunista habría que revisarlo muy a fondo, como el de la resistencia en general.

La Europa de los ’30 -’40 no era, esencialmente, democrática y se dividía entre fascistas y socialcomunistas salvo en el Reino Unido, donde había, por lo menos hasta el ´39, una fracción importante de las élites muy prohitleriana, lo que también ocurría en otros países como Bélgica, Países Bajos, incluso EE.UU., donde personajes como el patriarca de los Kennedy y embajador en el Reino Unido era un entusiasta pronazi. Recordemos que a lo largo de la guerra miles de europeos lucharon, voluntariamente, bajo las banderas alemanas en la unidades internacionales, sobre todo de las SS y que muchos países aportaron mas soldados al Reich que a la resistencia, casos de Bélgica, Países Bajos, Dinamarca o Noruega por citar algunos.

La otra parte la componían los procomunistas, entusiasmo que se daba tanto en las élites como en otras capas más populares. Ambas ideologías eran transversales a las sociedades y lo que, tristemente, se puede decir es que lo que no había apenas eran demócratas, por mucho que el mito de la lucha entre democracia y tiranía se haya extendido avalado por los triunfadores.

En cualquier caso, de aquella hecatombe es importante que los europeos hayamos aprendido algunas lecciones, como que las concesiones no calman a los tiranos y que la cobardía y la pusilanimidad no coadyuvan al triunfo de la libertad y eso vale tanto para la lucha contra el nazismo, el comunismo o el islamismo. Solo desde la firmeza de las convicciones y la fortaleza de nuestras acciones se podrá evitar que tiranías como las mencionadas o similares puedan volver a imponerse en el panorama europeo y mundial.

1 comentario:

pjmomority dijo...

Fabuloso artículo. Felicidades.