El bochornoso espectáculo que el golpista asesino Chávez (si, asesino porque en su golpe murieron personas) y del tirano Ortega, ahora arropado por un triunfo electoral democrático pero del que no podemos olvidar sus felonías cuando era el líder del sandinismo marxista, se enmarca dentro de la campaña que los acólitos de Castro están lanzando para subvertir Hispanoamérica y, claro, en el mismo estilo de su amigo Rodríguez, hay que cambiar la historia. Los Chávez, Morales, Correa u Ortega, todos apellidos de fuerte raigambre hispánica, quieren aparecer como los defensores de un indigenismo machacado a lo largo de la historia y, como hay que buscar un enemigo aglutinador, dicen que esa opresión, genocidio lo llaman, fue por culpa de los españoles. No voy a entrar a dar una lección de historia, pues hay están los hechos que ponen a cada uno en su sitio, pero si quiero hacer hincapié en un par de asuntos.
En primer lugar, aquel mundo que para los nuevos líderes indigenistas era de ensueño, se trataba más bien de un mundo de una crueldad pocas veces superadas. Cierto que las élites, el Inca o los aztecas, podían tener una vida mas o menos placentera, pero quienes estaban dominados por ellos solo sufrían la opresión y el crimen. Esas civilizaciones tan adelantadas celebraban rituales con sacrificios humanos, lo que dice mucho en su favor ¿verdad?, y prueba del escaso entusiasmo que despertaban fue el apoyo del resto de los pueblos a la conquista de México por Cortés, por ejemplo. No menos cierto es, que fueron los clérigos españoles quienes primero salieron en defensa de los indígenas ante algunas exacciones, que se cometieron, de los colonos y fueron esos clérigos lo que más defendieron a los indígenas, recordemos las reducciones de Paraguay. Pero ese parapeto no existió durante la época anterior a la llegada de los españoles donde la clase sacerdotal era la encargada de aquellas salvajadas rituales en nombre de esos “dioses” que ahora aclaman esos líderes absurdos.
Dando un salto en el tiempo, recordemos que durante las llamadas guerras de independencia, fue la aristocracia criolla quién se levantó contra el poder español, mientras que los indígenas seguían viendo como su defensor al rey de España frente a la opresión de los líderes independentistas. Como ejemplo, la figura del asturiano de origen Boves, quién al frente de la gente de los llanos de Venezuela luchó contra los Bolívar y compañía, por considerar que lo único que deseaban con la independencia era oprimir, en su beneficio, a las pobres gentes de aquella zona. Casi 200 años después aquellos hechos no han significado mejora para los indígenas y no parece que los nuevos líderes, que se declaran indigenistas, lo vayan a conseguir, porque si consideran que España es el enemigo, ya están desvirtuando tanto la realidad como la historia, por lo anteriormente comentado y, desde luego, no parece que se pueda defender al indígena estableciendo un estado totalitario como en Venezuela, donde, por cierto, ¿cuántos indígenas quedan y cuantos fueron masacrados desde la independencia?. Como en Argentina donde no dejaron ni una tras las “guerras” de mediados del siglo XIX o en Bolivia donde tanto los señores de la “rosca” del cobre como lo siguientes gobiernos de corte socialista poco hicieron por esos pueblos. ¿lo va a hacer Morales?, ¿cómo?, ¿incumpliendo las normas internacionales?, ¿reivindicando la coca, esa coca que se usa para convertir en esclavos a mineros o los campesinos?. ¿Y Chávez?, ¿implantando ese socialismo que aplastó a millones de hombres?, ¿remedando a su héroe el asesino Castro?, ¿apoyando a gobiernos como el de Irán o a grupos terroristas como Hamás o Hizbullah?, ¿así piensan liberar a los indígenas?.Al igual que en la España de Rodríguez, el cambio de régimen en Hispanoamérica viene de la mano de la mentira histórica, de la creación de una época anterior al Descubrimiento que solo existió en las mentes calenturientas de los iluminados de aquel continente. Fracasada la experiencia marxista clásica ¡y a que coste!, aparece el “socialismo indigenista” que, mucho me temo, va a costar a los pueblos miseria y sangre. Pero España no debe renunciar a defender su obra en el continente y con todos los medios a su alcance, debe exponer la verdad, enfrentarse a esos “Tirano Banderas” de medio pelo y peor catadura, no solo en defensa de nuestro legado histórico, tan rico sino también en defensa de aquellas gentes que, mantenidas en la ignorancia y la miseria, se convierten en carne de cañón de esos déspotas corruptos y asesinos.
En primer lugar, aquel mundo que para los nuevos líderes indigenistas era de ensueño, se trataba más bien de un mundo de una crueldad pocas veces superadas. Cierto que las élites, el Inca o los aztecas, podían tener una vida mas o menos placentera, pero quienes estaban dominados por ellos solo sufrían la opresión y el crimen. Esas civilizaciones tan adelantadas celebraban rituales con sacrificios humanos, lo que dice mucho en su favor ¿verdad?, y prueba del escaso entusiasmo que despertaban fue el apoyo del resto de los pueblos a la conquista de México por Cortés, por ejemplo. No menos cierto es, que fueron los clérigos españoles quienes primero salieron en defensa de los indígenas ante algunas exacciones, que se cometieron, de los colonos y fueron esos clérigos lo que más defendieron a los indígenas, recordemos las reducciones de Paraguay. Pero ese parapeto no existió durante la época anterior a la llegada de los españoles donde la clase sacerdotal era la encargada de aquellas salvajadas rituales en nombre de esos “dioses” que ahora aclaman esos líderes absurdos.
Dando un salto en el tiempo, recordemos que durante las llamadas guerras de independencia, fue la aristocracia criolla quién se levantó contra el poder español, mientras que los indígenas seguían viendo como su defensor al rey de España frente a la opresión de los líderes independentistas. Como ejemplo, la figura del asturiano de origen Boves, quién al frente de la gente de los llanos de Venezuela luchó contra los Bolívar y compañía, por considerar que lo único que deseaban con la independencia era oprimir, en su beneficio, a las pobres gentes de aquella zona. Casi 200 años después aquellos hechos no han significado mejora para los indígenas y no parece que los nuevos líderes, que se declaran indigenistas, lo vayan a conseguir, porque si consideran que España es el enemigo, ya están desvirtuando tanto la realidad como la historia, por lo anteriormente comentado y, desde luego, no parece que se pueda defender al indígena estableciendo un estado totalitario como en Venezuela, donde, por cierto, ¿cuántos indígenas quedan y cuantos fueron masacrados desde la independencia?. Como en Argentina donde no dejaron ni una tras las “guerras” de mediados del siglo XIX o en Bolivia donde tanto los señores de la “rosca” del cobre como lo siguientes gobiernos de corte socialista poco hicieron por esos pueblos. ¿lo va a hacer Morales?, ¿cómo?, ¿incumpliendo las normas internacionales?, ¿reivindicando la coca, esa coca que se usa para convertir en esclavos a mineros o los campesinos?. ¿Y Chávez?, ¿implantando ese socialismo que aplastó a millones de hombres?, ¿remedando a su héroe el asesino Castro?, ¿apoyando a gobiernos como el de Irán o a grupos terroristas como Hamás o Hizbullah?, ¿así piensan liberar a los indígenas?.Al igual que en la España de Rodríguez, el cambio de régimen en Hispanoamérica viene de la mano de la mentira histórica, de la creación de una época anterior al Descubrimiento que solo existió en las mentes calenturientas de los iluminados de aquel continente. Fracasada la experiencia marxista clásica ¡y a que coste!, aparece el “socialismo indigenista” que, mucho me temo, va a costar a los pueblos miseria y sangre. Pero España no debe renunciar a defender su obra en el continente y con todos los medios a su alcance, debe exponer la verdad, enfrentarse a esos “Tirano Banderas” de medio pelo y peor catadura, no solo en defensa de nuestro legado histórico, tan rico sino también en defensa de aquellas gentes que, mantenidas en la ignorancia y la miseria, se convierten en carne de cañón de esos déspotas corruptos y asesinos.
4 comentarios:
No hay más que ver el video de la entrevista que concedió Chávez antes de las elecciones que le llevaron al poder para darse cuenta de cómo el personaje se comió a la persona
Resulta lamentable la manipulación de comunismo y populismo, que buscan un enemigo común, que no lo es(veanse por ejemplo las inversiones de España en Hispanoamérica), para que el pueblo no se dé cuenta que les condenan al hambre y la miseria mientras ellos se enriquecen
El genocidio de los pueblos indígenas americanos no fué cosa de los españoles? Curiosa versión de los hechos se tiene por aquí! Una cosa es no estar de acuerdo con las políticas de Chavez y compañía y otra muy distinta dedicarse a la negación histórica sistemática.
Bueno, otro iluminado de la derecha, vaya, vaya, estos son los que van llamando asesino a Chavez (ni voy a apoyar el comentario, ni a rechazarlo), y se olvidan del "buenísimo" George Bush paradigma de lo mejor en el mundo, y si no que se lo digan a los iraquies, o a los palestinos cuando Israel arrasa con todo y no es capaz de condenarlo... de verdad, que fácil es cargar contra el pobre y lo que nos cuesta con los ricos. Esto es como el dicho de ¡estos inmigrantes son un problema! en contraposición de ¡estos jeques árabes con cojonudos!, cuanta hipocresía "señor mío".
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